viernes, 1 de mayo de 2015

ÍDOLO SE ESCRIBE CON K DE KAMIANI:

     Todos los equipos de fútbol tienen un referente, un ídolo histórico. Es difícil imaginarse un equipo de fútbol que no tenga la magia o la entrega especial de una persona, aquella que salva partidos como pueda y contra quien sea. Sin saberlo Rafael Loredo marcó un impase en la historia de la USAC, trajo a la persona que años después se convertiría en el máximo goleador de todos los tiempos y el jugador más importante que ha vestido los colores de la Universidad: Carlos Kamiani Félix Suenaga. El ídolo llegó a la U cuando tenía veintidós años, su juventud se la entregó al equipo más longevo del fútbol guatemalteco. La U, nuestra vieja institución le absorbió la juventud a Kamiani y lo vio consolidarse como jugador y persona. Dejó y empezó aquí lo que seguramente él se imaginó vivir en México, disfrutar su juventud y construir una familia.

     Kamiani tenía un año de estar en la U y ya se subía a la malla del Estadio Revolución para celebrar con la afición el gol del campeonato contra Coatepeque, cuando la U jugaba todavía en primera división. Ha aparecido en los momentos críticos e importantes del equipo, sus goles nos han dado ascensos, permanencias y anhelos. Nunca ha abandonado al equipo, ni cuando la U es un barco que naufraga, se ha quedado en las derrotas y en los descensos. Siempre ha dado la cara a pesar de que la junta directiva le ha dado muchas veces la espalda a él y otros jugadores del equipo.

     Ha anotado goles de diversas formas y a diferentes equipos. Tiene una devoción especial con meterle goles de tiro libre a los rojos, a los cremas los ha elegido para terminar sus malas rachas y para remontar partidos en los últimos minutos. Cuando quiere meter cuatro goles en un partido ha elegido como víctima a Marquense, a Xela cuando tiene que salvar con un doblete un partido en diez minutos, a Halcones para lucirse con goles de taquito y a Iztapa cuando decide romper records históricos. Ha celebrado sus goles con sombreros, bailes, capuchas y chupándose el dedo cada vez que le quiere dedicar un gol a Valentina, su hija.

     Recuerdo de manera especial el gol del campeonato contra Coatepeque en primera división, el gol de taco en la Antigua y el gol del campeonato de Liga Mayor (que aún no lo mete pero tengo la certeza que lo meterá). Su esposa y su hija tienen la dicha de compartir con el jugador más importante de la historia de la U, ocho años no es una vida pero si es una etapa que le cambio la vida al ídolo y al club. La U es universal y por eso no puede resultar extraño que un mexicano sea el referente histórico.

     Por su talento y consistencia cada vez que se viene el final de temporada los seguidores de la U tenemos que insistir con la consigna: “No se va, no se va, Kamiani no se va” porque siempre se rumora que otro equipo lo contratará, no es de extrañar, cualquier equipo serio anhela tener a un delantero como Kamiani.

     ¡No se va, no se va, el ídolo no se va! Y si se va, le deseo todo el éxito posible aunque no sea con el equipo de mis amores. Y si le tengo que mandar malas vibras para que no nos anote un gol, lo tendré que hacer con la clara conciencia que es lo más importante que le ha pasado a la U. Porque si bien una institución no se debe personificar, tenemos que ser honestos y aceptar que precisamente son las personas las que construyen una institución. No hay duda de que los aficionados universitarios esperan nunca tener que ver como el ídolo nos anota un gol.

     Si algún día se va, la portería del lado del polideportivo extrañará sus tiros libres y sus chilenas, la red de la portería pegada a la piscina nunca se inflará igual y la 23 tendrá que ser retirada.


     Este texto está dedicado a mi ídolo deportivo desde que tengo catorce años, Carlos Kamiani Félix Suenaga. Grande ídolo, el domingo clasificamos.

Por: Luis Guillermo Velásquez "piches".

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